Vamos a salir un poco de este espacio
y declararnos dioses.
Dioses que han existido desde siempre,
observando lo efímero
y evitando su eternidad.
Vamos a reencarnar las vidas
para ser niños de nuevo,
jugando a la inocencia cortada
entre notas musicales
y sangrando arte
en medio de la guerra.
Vamos a olvidarnos de la muerte
bajo el dolor de ser humanos
mutando a lo infinito
sobre las heridas frescas
de los que vienen
de los que se van.
Vamos a celebrar los restos
por todo el giste derramado
con el brindis en el aire
y mil versos en las lenguas.
Recordando lo esencial,
sin despedirnos todavía.
Vamos, salgamos de este espacio
y declarémonos dioses.
Dioses existiendo para siempre,
evitando lo efímero
y manipulando nuestra eternidad.